Cuando se trata de ordenar pequeños trastos o útiles que tenemos por casa, normalmente siempre recurrimos a comprar cajas, tarritos, incluso simples bolsas de plástico que finalmente quedan amontonadas unas sobre otras dificultando la visión en su interior u ocupando mas espacio del que realmente se necesita.
Este verano me puse las pilas en este aspecto y decidí colocar ciertos productos de uso diario en botes de cristal totalmente reciclados, y así de esta manera ademas de darle doble uso, cambiaba el aspecto y lugar de los productos que he decidido meter en ellos.
Materiales necesarios:
- Tarros de cristal reciclados, (de conservas, alimentos...).
- Elementos decorativos para añadir a las tapaderas de los tarros, (camafeos, botones, abalorios..).
- Guantes.
- Pintura o esmalte.
- Brocha o pincel.
- Aguarrás.
- Silicona transparente.
Pasos a seguir:
- Importante comenzar protegiendo las manos para evitar contacto con pintura, silicona y aguarrás. Pintar las tapas del color que hayamos elegido (en mi caso color plata), y dar una primera capa.
- Una vez dada la primera capa decidir donde colocar los elementos decorativos y pegarlos con ayuda de silicona transparente.
- Dar una segunda capa de pintura y pasados unos minutos pasar un papel de cocina por toda la tapa incidiendo en los elementos decorativos para quitar el exceso de pintura y crear un efecto rugoso sobre la tapa.
- Dejar secar el mayor tiempo posible o lo que indiquen las instrucciones del fabricante según la pintura.
Y este es el resultado final; yo he decidido utilizarlos para guardar discos desmaquillantes, bastoncillos y bolitas de algodón, y colocarlos en mi tocador para tener mas accesibles este tipo de productos que como comentaba, son de uso diario.
Pero resultan perfectos para guardar joyería y bisutería, maquillaje, decorarlos con otro tipo de adorno y llevarlos a la cocina, el baño... y un sinfín de posibilidades.
Nos leemos el próximo Domingo, gracias por leerme, ¡feliz semana!
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